Roger Federer dice que es más difícil llegar al "número uno" del tenis mundial que mantener esa posición, que él ocupa desde 2004, una vez desplegados y adaptados todos los recursos físicos y mentales a cada situación.
Federer cree que todavía puede mantenerse en la cúspide del tenis tres años más porque su "juego está muy bien organizado" y se siente "perfectamente preparado" y sabe "como evitar las lesiones", dijo.
Federer reconoció que habitualmente "es más difícil repetir algo que se consigue por primera vez", pero recordó que, en su caso, nunca ha estado "en situación de perder el primer puesto".
El éxito del tenista, nacido en Basilea en 1981, reside en su labor y trabajo constante durante años para desarrollar y adaptar todos sus recursos a cada partido, jugador y situación. "La clave es ir adaptando cada vez mi juego", señala a esa revista el 'crack', de 26 años, para quien "a diferencia de otros jugadores, que a lo mejor tienen sólo uno o dos golpes con su raqueta", él tiene "más posibilidades, más facetas".
Paradójicamente, esa virtud representó una gran dificultad al inicio: "cada vez que venía la pelota, debía escoger el mejor golpe entre diversas opciones", mientras que un jugador con menos recursos "no tenía ese dilema", apunta.
Pero cuando empezó a ganar "fue como un puzzle: todo encajaba a la perfección y a partir de allí fue más fácil", señaló. Así consiguió, en pasado febrero, establecer un nuevo récord al permanecer 162 semanas consecutivas como número uno del mundo del ránking ATP, eclipsando la plusmarca de Jimmy Connors hace 30 años.
Federer dice que analizó el juego del adversario y adaptó el suyo a cada situación, como ocurrió frente al inglés Tim Henman, ante quien perdió seis veces consecutivas antes de ganarle otras tantas, o con el estadounidense André Agassi, ante quien le bastaron tres derrotas para tomarle la medida y encarrilar ocho victorias seguidas.
Federer no tiene la altura del también suizo Marc Rosset, ni la potencia del estadounidense Andy Roddick, y aún menos los músculos del español Rafael Nadal, pero, según su preparador físico, Pierre Pagani, domina todas las facetas de un tenista profesional.
"Algunos brillan por su mentalidad, otros por sus calidades atléticas, otros por sus habilidades técnicas, pero Roger las domina todas y es el que consigue armonizarlas mejor", agregó Pagani.
Para conservar ese gran estado de forma, que le ha convertido ya en un mito de la historia del tenis, Federer ha mejorado en los últimos años la calidad de los entrenamientos, ahora "más cortos e intensos" y ha modificado la planificación de las temporadas.
"Dedico tres periodos a mi preparación en diciembre, en febrero y en julio, tras el torneo de Wimbledon. Antes de cada una de ellas hago vacaciones, lo que me permite llegar descansado y fresco mentalmente y evitar lesiones", explicó.
Poseedor del récord de mayor número de victorias consecutivas sobre césped (48), Federer ha llegado a "relativizar las victorias y las derrotas", pues ya no tiene "nada que demostrar". Asegura que nunca se cansa de los éxitos y siempre se emociona al ganar un torneo.
El mayor mito helvético desde Guillermo Tell
Fuera de las pistas, Federer es todo un mito entre los suizos como persona luchadora, imbatible, metódica, culta, ética, responsable y también solidaria, pues es embajador de Unicef y colabora en diversos proyectos de la ONU.
Tal es la fama de Federer en su país que esta semana se convirtió en la primera personalidad en vida que figura en un sello postal emitido por la Confederación Helvética.
Recientemente fue puesto por la ministra helvética de Finanzas, Doris Leuthard, como ejemplo de suizo que, pese a ser una gran personalidad, paga impuestos hasta diez veces superiores que otros extranjeros que acuerdan una tarifa plana impositiva muy ventajosa a cambio de instalarse en el país alpino.
Si Federer no se ha instalado en Mónaco, Dubai o incluso en un cantón con una fiscalidad más atractiva que la del suyo, Basilea- Campo, donde reside actualmente, es porque considera que su imagen cuenta tanto como su palmarés.
Por ello, el tenista mantiene una excelente relación con los medios y un control discreto pero eficaz sobre todo su entorno, familiares y amigos, con el fin de preservar su vida privada y cuidar su imagen de hombre educado, entregado y humilde.
Todas esas virtudes causan cada vez más furor en Asia, donde en los últimos años ha incrementado su potencial económico como personaje público, sobre todo en China y Japón, donde cada vez que va es recibido como una auténtica estrella del rock.
Además, tiene su propia fundación desde la que ayuda a jóvenes sudafricanos, país de origen de su madre, al tiempo que sigue con su novia de toda la vida, la también tenista, además de su representante y portavoz, Mirka Vavrinec.
Pibes del Court
El lugar de reunión de todos los amantes del tenis mendocino...
sábado, 14 de abril de 2007
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